El lanzamiento del tráiler de La Sirenita, la nueva versión en live action de su clásico (1989), despertó diferentes reacciones.
La polémica
Las opiniones negativas respecto a la nueva sirenita explotaron en las redes sociales. Muchas de ellas hacen referencia a que Disney no respetó las características del personaje original al ser la actriz afroamericana Halle Bailey quien le da vida a Ariel
En el espectro de algunas de estas opiniones se pudo también leer una carga racista en un momento histórico en el que es indispensable apostarle a la inclusión, el respeto y el amor a la diferencia.
Disney y su apuesta por la inclusión
Desde hace un tiempo, Disney ha venido trabajando en incluir en sus producciones a personajes que han sido históricamente invisibilizados y cuyas historias merecen ser contadas.
Es el caso del corto Out, en dónde un personaje gay no encuentra la forma de contarle a sus padres que lo es y que vivirá con su pareja en un nuevo apartamento. El final no se los cuento, porque vale mucho la pena verlo. Sucede lo mismo con Lightyear, la mejor amiga de Buzz es una mujer lesbiana que establece una familia en un planeta desconocido.
Incluso las últimas princesas han buscado ser disruptivas no solo desde su narrativa, sino también desde su apariencia. Moana de la mitología polinesia, o Raya y el último dragón, una historia inspirada en las culturas de Indonesia, Tailandia, Filipinas y Malasia.
Ahora, con sirenita, la primera sirenita negra, el significado trasciende quizá a las características físicas que pudo tener Ariel en el clásico. Esto significa que las infancias racializadas y diversas pueden verse representadas y sentirse identificadas con personajes que se ven como ellas.