Una rutina de bienestar personal no sólo se basa en la actividad física y el deporte, aunque son súper importantes, el bienestar personal va más allá: Implica que te cuides tanto por dentro como fuera, que cuides de tí, de tu integridad, tus emociones, tus vínculos y tu amor propio.

Así que quiero compartir contigo esos hábitos que he ido sumando a mi rutina y que, de verdad, me han cambiado la vida en todos los sentidos. 

Llevo un diario de gratitud

Imagina esto: al final del día, en lugar de desplomarte en la cama preocupada por todo lo que no salió como planeabas, tomas unos minutos para escribir tres cosas por las que estás agradecida. Puede ser algo tan simple como un día soleado, una sonrisa amistosa o incluso un rico café por la mañana. Este pequeño acto tiene un gran impacto. Te ayuda a enfocarte en lo bueno y a darle menos poder a las cosas negativas. 

Además de la actividad física, dedico un espacio al mindfulness

Ya sabemos que madrugar puede ser complicado, pero dedicar un tiempo corto a la mañana para ti misma es una maravilla, te lo juro. Intenta esta rutina simple: antes de que comience el ajetreo del día, siéntate en silencio durante unos minutos. Respira profundamente y siente cómo fluye la energía por tu cuerpo. ¡Listo! Has practicado el mindfulness, que es como un entrenamiento para tu mente. Puedes hacerlo mientras te tomas un café o incluso en la ducha. A mí me ha ayudado mucho a mantener la calma en medio del caos.

Intento escribir mis pensamientos y sentires. 

¿Recuerdas cuando eras una niña y escribías en tu diario todos tus pensamientos? Pues bien, dedica unos minutos al día para escribir lo que te venga a la mente. Sin reglas, sin juicios. Permítete ser libre. A veces, esto puede ayudarte a comprender mejor tus emociones y liberar lo que te está pesando.

Practico yoga y meditación. 

Los beneficios del yoga y la meditación son montones, y a mi me ha ayudado mucho a encontrar más paz en mi interiores y a escuchar mejor a mi cuerpo. La meditación es simplemente tomarte un momento para estar en paz contigo misma. Encuentra un lugar cómodo, cierra los ojos y respira profundamente. No necesitas hacer nada más. ¡Es sorprendentemente relajante y puede ayudarte a reducir el estrés!

Cuido mucho mis vínculos: Hablo, escucho y aprendo. 

Recuerda, no estás sola en este camino de crecimiento personal. Comparte tus pensamientos y escucha los de tus amigos. Aprender de las experiencias de otros es una gran manera de obtener nuevas perspectivas. Además, reír juntas siempre es un buen plan.

Y recuerda, siempre puedes ser tu mejor versión, no hay un camino único y perfecto. ¡Eres increíble tal como eres y cada paso que das es un paso hacia tu mejor versión!

Así que, ¿qué estás esperando?

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