Más allá del tabú social alrededor de la sexualidad femenina, es importante conocer nuestro cuerpo, nuestro placer, cómo podemos tener una sexualidad saludable y por qué es tan importante.
Los tabús alrededor de la sexualidad femenina son infinitos, pero, más allá de ellos, la sexualidad hace parte de nuestra vida y tenemos derecho a disfrutar de ella con tranquilidad, información suficiente y autoconocimiento.
Pero, ¿qué significa llevar una sexualidad saludable?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud sexual es “un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad.”
Es decir, una sexualidad saludable tiene que ver con vivirla de forma autónoma, respetada, amorosa, segura y libre de coerción o violencia. También está relacionada con la garantía de derechos como el de la intimidad, y en general, de los derechos sexuales y reproductivos.
En cuanto a la información, necesitamos conocer cómo funciona nuestro cuerpo, observarlo, conocerlo, y aprender, poco a poco, sobre qué nos gusta y qué no. También saber más sobre nuestros derechos y qué podemos hacer si son irrespetados.
Hay otro factor determinante: La aceptación de nuestros cuerpos tal y como son. Puede suceder que nos sentimos inhibidas porque nuestro cuerpo no se ve como el cuerpo de portada de revista: Y no se parece porque no está intervenido digitalmente y porque es normal tener celulitis, estrías o gorditos.
Así que vivir una sexualidad saludable también está relacionado con poder crecer y vivir en un contexto en el que se nos enseñe a amar nuestro cuerpo por todo lo que nos permite, y que nos guíe para entender que nuestro valor no lo determina nuestra apariencia física.
Es vital, también, encontrar lugares y personas con las que podamos establecer vínculos sexo-afectivos y/o tener una relación sexual de forma segura. Eso significa que no vamos a ser manipuladas, en ningún momento, para hacer algo que en realidad no queremos, y que esa otra persona también se ocupa de los métodos de anticoncepción y prevención de enfermedades de transmisión sexual (como el condón), te respeta y se interesa por darte placer.
La sexualidad saludable en la pareja
Es importante que, para lograr una sexualidad saludable, ambas partes puedan compartir los pensamientos, las emociones y las expectativas que tienen sobre sus experiencias sexuales.
Reserven tiempo de calidad para su intimidad
El trabajo, y otras ocupaciones o responsabilidades, pueden hacer que el cansancio sea tan abrumador que el deseo sexual puede pasar a un segundo plano. Si ves que eso está sucediendo, piensen en conjunto cómo pueden apoyarse mutuamente para generar tiempo y energía para el sexo.
Hablen sobre su placer
Es vital que ambos estén abiertos a escucharse y arriesgarse a explorar cosas nuevas. También, que tengan un espacio para charlar sobre qué prácticas sexuales les hacen sentir cómodos y cuáles no tanto.
¿Y la rutina?
Si las relaciones sexuales están siendo rutinarias, pregúntense sobre los cambios que podrían hacer para que no siga sucediendo. Puede ser buscar otros lugares, nuevas técnicas, o momentos del día. Quizá sumar un masaje, un vibrador ect.
La salud sexual es tan importante como la salud mental o física. De hecho, están íntimamente relacionadas. Presta atención a tu cuerpo, escúchalo y explóralo. Tienes derecho al placer, a protegerte de enfermedades de transmisión sexual, a decidir sobre tu cuerpo y tu sexualidad, y a ser amada y cuidada.
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